Aplicación de bótox para bruxismo y migrañas

Las inyecciones de toxina botulínica han demostrado ser una solución para disminuir la tensión y relajar los músculos maseteros cuando existe bruxismo y ayuda a evitar los fuertes dolores de cabeza y de oídos, el insomnio, la tensión en la mandíbula, la disminución en la apertura bucal y los nudos en las cervicales. 

Aunque el bruxismo no es un trastorno peligroso, si no se corrige puede causar lesiones dentales permanentes, trastornos del sueño y cambios estéticos en el rostro. Sin embargo, todos estos dependen del grado de severidad de la afección y la frecuencia de los episodios.

Principales consecuencias:

  • Desgaste dental y erosiones en las piezas.
  • Daños en el esmalte dental.
  • Aumento de sensibilidad en los dientes.
  • Inflamación y retracción de las encías.
  • Sobrecrecimiento de los huesos de la boca.
  • Problemas en las articulaciones.
  • Dolores de cabeza y oído.
  • Tensión cervical.
  • Insomnio.
  • Molestias para abrir la boca, masticar e incluso, hablar.
  • Aumento de tamaño de los músculos masticadores, generando el “efecto cara cuadrada”
  • Desarrollo prematuro de arrugas en el cuello.

 

¿En qué consiste el tratamiento de bótox para bruxismo? 

La aplicación de bótox para el bruxismo es un tratamiento ambulatorio y poco invasivo. El paciente será sometido a una evaluación estética integral, donde nuestros profesionales evaluarán su caso y estimarán cuántas unidades de bótox se utilizarán según sus necesidades. Se utiliza anestesia tópica para evitar las molestias del pinchazo y luego se procederá a aplicar las inyecciones de bótox en el músculo masetero. De esta forma, logramos aliviar la tensión producida por este acto involuntario, relajando los músculos bloqueados, sin afectar a la capacidad de masticación. La sesión puede tardar alrededor de 30 minutos.

Preguntas Frecuentes

La mayoría de la gente conoce la toxina botulínica para eliminar las arrugas o rellenar los labios. Pero estudios recientes publicados en Neurology and Pain Research and Management han demostrado que las propiedades relajantes musculares de la toxina botulínica son prometedoras para detener el apretamiento de mandíbula y el rechinar de dientes. Al menos durante algún tiempo. Según un estudio publicado en Saudi Pharmaceutical Journal, se ha demostrado que la toxina botulínica también podría ayudar a tratar diversas afecciones no cosméticas, además del bruxismo. La toxina botulínica paraliza los músculos temporalmente, por lo que es igualmente útil para tratar otras afecciones de la cabeza y la cara (como la distonía facial) en las que es necesario relajar ciertos músculos.

Si recibe tratamiento con toxina botulínica para el bruxismo, se le inyectará una pequeña cantidad en los músculos responsables del movimiento de la mandíbula, probablemente el músculo masetero, responsable de la masticación. También puede inyectarse en los músculos frontal y temporal, según sus necesidades específicas. La toxina botulínica reducirá el apretamiento y también ayudará a aliviar la tensión y los dolores de cabeza que pueda sufrir. La toxina botulínica suele hacer efecto entre 1 y 3 días después de la inyección (pero puede tardar hasta dos semanas), y los efectos pueden durar entre 3 y 6 meses.

Según la Clínica Mayo, la toxina botulínica es relativamente segura cuando la inyecta un médico experimentado. Sin embargo, existen algunos posibles efectos secundarios a corto plazo, como:

  • Dolor, hinchazón o hematomas en el lugar de la inyección
  • Dolor de cabeza o síntomas gripales
  • Párpado caído o cejas arqueadas
  • Sonrisa torcida o babeo
  • Sequedad ocular o lagrimeo excesivo